
Ubicado en la provincia de Cáceres, Valdehúncar es un pequeño municipio que representa la esencia de la tranquilidad rural en Extremadura. Con una población reducida y un entorno natural privilegiado, este destino cautiva a quienes buscan desconectar del bullicio urbano y sumergirse en la tradición y la naturaleza.
Historia y patrimonio
Los orígenes de Valdehúncar se remontan a épocas antiguas, con vestigios que sugieren la presencia humana desde tiempos prerromanos. Durante la Edad Media, el municipio formó parte de las tierras de la Orden de Alcántara, una de las más importantes de la Península Ibérica.

Uno de los principales atractivos patrimoniales de Valdehúncar es la Iglesia Parroquial de San Bartolomé, un templo de origen medieval que ha sido testigo del devenir histórico del municipio. Su arquitectura sencilla, con influencias góticas y renacentistas, refleja la sobriedad y el encanto característico de los pueblos cacereños.
Naturaleza y entorno de Valdehúncar
Rodeado de un paisaje de dehesas y campos de cultivo, Valdehúncar es un destino ideal para los amantes del turismo rural. La proximidad del embalse de Valdecañas y del Parque Nacional de Monfragüe convierte a la zona en un punto de interés para el avistamiento de aves y la observación de la flora y fauna autóctonas.

Los senderos que atraviesan los alrededores del municipio ofrecen la posibilidad de realizar rutas de senderismo y ciclismo, permitiendo a los visitantes disfrutar de la belleza paisajística de la comarca.
Una tradición con mucho «ángel»
En la localidad cacereña de Valdehúncar, situada en la comarca del Campo Arañuelo, se celebra una de sus festividades más tradicionales: la Fiesta del Ángel. Esta celebración tiene lugar cada 1 de marzo o el primer domingo del mes, fechas que este año coinciden.
Su origen se remonta al siglo XIX, en plena Guerra de la Independencia, cuando Valdehúncar fue invadida por las tropas francesas. Las intensas batallas dejaron numerosos cadáveres abandonados en los campos, lo que provocó la propagación de una terrible epidemia de peste.

Según la tradición, el 1 de marzo de 1814, los vecinos sacaron en procesión al Cristo del Perdón, rogando el fin de la epidemia. Al pasar junto al Pozo de la Oliva, un enfermo envuelto en una sábana se presentó ante la imagen y, milagrosamente, sanó en el acto. Desde ese momento, la peste cesó.
En señal de purificación, los habitantes reunieron los enseres de los fallecidos en la plaza del pueblo y los quemaron. Este ritual se conmemora cada año en la noche previa a la fiesta, conocida como «La Velá».
Aunque no existen documentos históricos que confirmen este relato, la festividad ha perdurado en el tiempo. Desde entonces, cada año se celebra la procesión con la imagen del Ángel, ya que el Cristo original, considerado milagroso, fue destruido durante la Guerra Civil.
Así, entre la fe y la tradición, la Fiesta del Ángel sigue siendo un símbolo de identidad para los vecinos de Valdehúncar, manteniendo viva una historia que se ha transmitido de generación en generación.
Otra celebración destacada es la Semana Santa, en la que se organizan procesiones y actos litúrgicos con un gran sentido de devoción y tradición.
Visitar Valdehúncar
Valdehúncar es un lugar ideal para quienes buscan disfrutar de la tranquilidad, la naturaleza y la cultura extremeña. Su encanto rural, su historia y su gente acogedora hacen de este pequeño municipio un destino perfecto para una escapada en la provincia de Cáceres. Si buscas un rincón donde el tiempo parece haberse detenido, Valdehúncar te espera con los brazos abiertos.