La redada realizada por la Policía Nacional en Ajofrín el pasado 9 de febrero ha dejado al descubierto una compleja trama criminal. En el corazón de una aparentemente ordinaria nave industrial, se desplegaba una sofisticada operación ilícita que abarcaba desde la cultivación masiva de marihuana hasta la producción clandestina de cocaína.
El meticuloso trabajo de investigación, llevado a cabo de manera conjunta por el Grupo de Crimen Organizado de la Comisaría General de Policía Judicial y el Grupo de Estupefacientes de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Toledo, se inició en octubre del año anterior. A partir de entonces, se siguieron los indicios que apuntaban a la presencia de actividades delictivas en la localidad de Ajofrín.
Una vez localizada la nave sospechosa, los agentes procedieron con un registro minucioso que reveló la magnitud del entramado delictivo. En su interior, se encontraron no una, sino cuatro instalaciones clandestinas perfectamente equipadas para el cultivo de cannabis. Un total de 2.130 plantas de marihuana florecían en un entorno construido con ladrillo y placas de cartón-yeso, acondicionadas meticulosamente para su óptimo crecimiento.
Sin embargo, el descubrimiento no terminó allí. En un rincón oculto de la misma nave, se desveló un laboratorio clandestino de cocaína, equipado con una prensa hidráulica de 30 toneladas, moldes de hierro y otros instrumentos destinados al procesamiento y prensado de la droga. La sofisticación del equipo utilizado evidenciaba la escala y la organización de la operación ilegal.
Como resultado de esta operación, dos individuos fueron detenidos bajo cargos de tráfico de drogas, mientras que al presunto líder se le imputa adicionalmente el delito de defraudación de fluido eléctrico. La rápida y efectiva acción de las autoridades ha permitido desarticular una compleja red criminal, contribuyendo así a la lucha contra el tráfico y consumo de estupefacientes en la región.
