En las calles de Toledo, otra tragedia conmociona a la comunidad. Tras el incidente en la calle Santa Leocadia, la policía sigue en busca de los familiares de los fallecidos por la intoxicación de monóxido. Con este suceso se ha puesto en contexto la difícil situación en la que vivían estas personas, todas ellas entre los 50 y 65 años, alojadas en habitaciones subarrendadas. A pesar de más de 40 horas transcurridas desde el hallazgo de los cuerpos, aún hay cadáveres sin reclamar.
Búsqueda de los familiares en Toledo
Hasta la fecha actual, solo uno de los cuatro cuerpos ha sido reclamado por los familiares, dejando a la policía en una carrera contra el tiempo para localizar a los parientes restantes. La identificación de los cuerpos ha revelado poco sobre su identidad o relaciones, más allá de compartir alojamiento. Las víctimas, de diversas nacionalidades y edades, vivían en una vivienda de espacios reducidos, donde el gas tóxico se propagó rápidamente, provocando la tragedia.
Las personas encontradas en esta tragedia eran, tres hombres de entre 54 y 64 años, dos de ellos españoles y otro rumano. La otra víctima era una mujer de 46 años de nacionalidad española.
Este incidente, ha dado luz a una creciente preocupación por parte de Cáritas, sobre la pobreza energética. El aumento del precio de las viviendas y los servicios básicos, lleva a un número de personas, cada vez más, a compartir alojamientos precarios e inseguros. La situación, además, se ve agravada por la crisis económica y las dificultades para acceder a viviendas dignas.
A medida que la investigación continúa y se espera el resultado de las autopsias, la tragedia en Toledo arroja luz sobre las profundas desigualdades y desafíos que enfrentan las comunidades marginadas. La urgencia de abordar la pobreza energética y garantizar condiciones de vida seguras y dignas se vuelve más evidente que nunca.
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