El embalse de Cazalegas, en Toledo, será la nueva sede de una estación de desinfección de embarcaciones, diseñada para frenar la expansión del mejillón cebra, una de las especies invasoras más dañinas del mundo. Este esfuerzo forma parte de una estrategia más amplia para proteger los ecosistemas fluviales y las infraestructuras hidráulicas de la cuenca del Tajo.
Un paso crucial en la protección del Embalse de Cazalegas
La Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) ha anunciado la instalación de esta estación, que se suma a otras cuatro ya operativas en la región. Equipado con una hidrolimpiadora, mochilas de desinfección y un depósito de 1.000 litros, este nuevo punto garantizará que todas las embarcaciones que accedan al embalse cumplan con los requisitos de limpieza. Además, esta medida es vital para evitar que el mejillón cebra se disperse, ya que este molusco es capaz de colonizar rápidamente nuevas áreas, con devastadores efectos sobre el entorno.
A parte, hay que destacar, que al mejillón cebra (Dreissena polymorpha) se la reconoce como una de las 100 especies exóticas invasoras más peligrosas del mundo, debido a su capacidad para dañar infraestructuras y alterar significativamente los ecosistemas acuáticos. Su presencia en cuerpos de agua puede provocar la obstrucción de tuberías, el desplazamiento de especies nativas y la alteración de la calidad del agua, lo que convierte su control en una prioridad para la CHT.
Inversión y expansión del servicio de desinfección
El proyecto, financiado con fondos del Organismo de cuenca, cuenta con un presupuesto total de 383.941,29 euros, de los cuales 17.109,70 euros se han destinado específicamente a la estación de Cazalegas. Esta red de estaciones móviles se ha ampliado para cubrir áreas clave, con otras dos estaciones situadas en el embalse de Alcántara II (Cáceres) y dos más en Entrepeñas (Guadalajara).
