Situada en la provincia de Ávila, la pintoresca localidad de Pedro Bernardo se encuentra emplazada en el corazón del Valle del Tiétar, acurrucada en la vertiente meridional de la imponente Sierra de la Abantera, en las suaves estribaciones del majestuoso Macizo Oriental de Gredos.
Conocido cariñosamente como ‘El balcón de El Tiétar’, Pedro Bernardo se erige en una ladera, rodeado por exuberantes bosques de pinos y terrazas agrícolas, ofreciendo un conjunto urbano escalonado que deleita los sentidos con su arquitectura tradicional. Sus calles empedradas, alineadas con casas de piedra centenarias y estructuras de entramado, se despliegan armónicamente, orientadas hacia el cálido sol del mediodía.
Su historia
El valor histórico y cultural de este encantador pueblo no pasa desapercibido, pues en 1977 se inició el proceso para su declaración como Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico, un reconocimiento merecido a su rica herencia.
Los orígenes medievales de Pedro Bernardo se remontan al tiempo en que se conocía como ‘Nava de la Solana’, evolucionando posteriormente, desde finales del siglo XIV, con el nombre que conocemos hoy. Durante siglos, hasta el siglo XVII, estuvo bajo la jurisdicción de la villa de Mombeltrán, hasta que finalmente obtuvo su autonomía como villa.
A lo largo de su historia, Pedro Bernardo ha sido un enclave laborioso, destacando en la producción de paños en épocas pasadas. En el siglo XIX, según el relato de Madoz, el pueblo albergaba una impresionante cantidad de molinos harineros y de aceite, además de diversas instalaciones dedicadas a la fabricación textil y otros productos artesanales.
A día de hoy, aún se pueden apreciar los vestigios de estos antiguos molinos, algunos de los cuales fueron adaptados para otros usos como batanes.
Qué puedes ver en Pedro Bernardo
Un tributo al genio local, el eminente científico Arturo Duperier, se erige en forma de un busto al ingresar al pueblo, enmarcado por un exquisito jardín que ofrece una magnífica vista del valle del Tiétar.
El casco antiguo, con sus encantadores barrios de los Adobes y las Casillas, es un verdadero tesoro arquitectónico que invita a pasear y perderse entre sus callejones empedrados, portales antiguos y balcones floridos.
Entre los monumentos más emblemáticos se encuentra el antiguo Ayuntamiento, erigido en el año 1559, así como la majestuosa iglesia dedicada a San Pedro Advíncula, que se alza orgullosa sobre el casco urbano, exhibiendo una exquisita arquitectura renacentista con un retablo barroco.
El Rollo, una columna de piedra que simboliza la jurisdicción y la independencia del pueblo, es otro de los elementos que evocan el pasado histórico de Pedro Bernardo.
Un pueblo para ‘volar’
Además de su riqueza cultural, Pedro Bernardo se conoce como uno de los destinos más destacados para la práctica del parapente y el ala delta en el Sistema Central. Sus magníficas laderas y accesos bien diseñados ofrecen el escenario perfecto para emocionantes vuelos libres, atrayendo a competiciones nacionales e internacionales.
Desde enero hasta octubre, los entusiastas de estos deportes pueden disfrutar de emocionantes vuelos de distancia y travesía, aprovechando las excelentes condiciones que ofrece este pintoresco rincón de Ávila.