Me da igual la carencia de servicios del Hospital de Talavera, no me ha hecho falta ir, no sé ni lo que falta. Me da igual que no desdoblen las vías del tren, que no eliminen los pasos a niveles, que no haya lanzaderas hacia Madrid, ni cojo el tren, ni trabajo en Madrid. Sé que las entradas y salidas no están desdobladas, es lo que hay, además siempre ha sido así. La autovía está a reventar de coches, van a hacer un tercer carril hasta Maqueda, pero que suerte tienen algunos. La Junta no incluye a Talavera en el E2, no sé ni lo que es. Los autobuses hacia Toledo son deficientes, me da igual. No hay terreno industrial, no soy empresario. La agricultura y la ganadería están siendo desmanteladas, ya tengo bastante con lo mío. Somos los campeones del paro, tengo trabajo fijo, nos apañamos con la paga, con la ayuda, hago mis chapuzas. No veo bien que se gaste “un duro” en las murallas, son piedras rotas. Para qué recuperar el patrimonio comarcal, no lo entiendo. El Tajo huele mal, parece un albañal, encima hay plagas de mosquitos, yo vivo en la otra punta. Me aburre lo del AVE, nunca vendrá o si viene que lo sea cuanto antes, porque me da igual el soterramiento, además he dicho que vivo en la otra punta y lo que me interesa es lo que voy a hacer este fin de semana. Vivo en Talavera, pero no ha entrado en mí ni yo en ella. Cuidado con mi pueblo, el de al lado me da igual, pero cuidado con el mío. No sé cómo se llaman los vecinos de mi piso, si un día huele mal, lo mismo se ha muerto alguno. Yo soy de Talavera, vivo aquí, pero me da igual que los pueblos estén envejecidos, que no nazcan niños, que estén cerrando escuelas, que no tengan buen transporte público, trabajo, cobertura de móvil o de internet, ni tan siquiera la prometida segunda UVI móvil.
Me resbala todo y no renuncio a un minuto de mi vida para cambiar algo de lo escrito, me es indiferente, pero eso sí, el día que me toque…entonces, entonces será cuando monte la de San Quintín, estallaré en cólera, la liare parda, montare un buen pollo o reclamare la justicia divina o terrenal, pero mientras tanto ¿Pedimos otra ronda?
Tengo que explicar que en mis párrafos iniciales fluye la ironía, pero también contienen un amargo trasfondo por la práctica habitual del individualismo, del cortoplacismo, de la descalificación, del insulto, de la falta de dialogo, de la falta de fomento del espíritu crítico y del inmovilismo social que nos lleva a estar donde estamos, tal vez este inmovilismo ha sido inducido por intereses espurios o tal vez es proveniente de un pecado original enquistado en nuestras tierras.
Me cuesta pensar, me niego a pensar que todos somos así. Me resisto a pensar que, por nuestras venas, no corren milenarias y recónditas células de origen vetton que nos impulsan a una rebeldía natural contra las injusticias, contra todo aquello que vaya contra de nuestra historia, cultura y tradiciones, contra nuestra subsistencia, aunque esos guerreros y guerras sean sometidos a constantes juicios inquisitoriales de las partes o al fuego amigo o enemigo, en todo caso ellos saben que están haciendo lo correcto y que así conste en acta.
