Los Mascarones, un fascinante carnaval que permanece en la sombra de la popularidad en Extremadura, se erige como una celebración única en Arroyomolinos de La Vera. En este pintoresco pueblo, conocido especialmente por la majestuosa garganta de La Desesperá, los habitantes adoptan la tradición de Los Mascarones, sumergiéndose en una experiencia carnavalesca que fusiona el misterio con la diversión desenfrenada.
La peculiaridad de Los Mascarones radica en su permisividad; cualquier persona que oculte su rostro y se vista con ropas desgastadas está invitada a participar. Sin embargo, la autenticidad de la vestimenta se ve enriquecida con la incorporación de un destacado cinturón de campanillos, que contribuye a la peculiar y alegre atmósfera de la festividad.
La festividad, que desafía incluso la antigua prohibición de ocultar la identidad, cobra vida en Arroyomolinos de La Vera durante el carnaval. De día, los participantes se dedican a gastar bromas, y al caer la noche, asumen el papel de personajes misteriosos que, al ritmo de los cencerros y portando antorchas, recorren las estrechas calles del pueblo, infundiendo un aire de misterio y emoción en su paso.
Los campanillos, auténtica sinfonía festiva, añaden una dimensión única a este carnaval extremadamente singular. Además, esta festividad se convierte en la excusa perfecta para prolongar la visita a Arroyomolinos de La Vera, donde todos los caminos parecen converger en La Desesperá. Los aficionados al senderismo encontrarán un plan irresistible al explorar los bosques que conducen a una de las cascadas imprescindibles del norte de Extremadura. En invierno, la experiencia se enriquece con el fluir abundante de las aguas, convirtiéndolo en un plan imperdible para los amantes de la naturaleza y la aventura.