Puede que sean tan sólo días de celebración (este año los días 13, 13 y 14 de abril) pero la programación y después organización de las Jornadas Medievales de Oropesa se trabaja por todo un año. Pero, ¿dónde reside la singularidad y particularidad de estas actividades lúdicas que nos transportan en el tiempo desde una pequeña localidad en la provincia de Toledo?
Hemos hablado con su alcalde, Rubén Zapardiel, y nos ha contado la clave y el secreto (menos secreto) de la celebración de las Jornadas Medievales. «Es la activa participación de los oropesanos», indica. «Siempre lo digo, lo reconozco y es de lo que más orgulloso me siento: de como los ciudadanos se implican en estas fiestas no sólo en estos tres días sino también a lo largo del año». Y es que para el primer edil de Oropesa el motor de las fiestas «es el capital humano que viene de la mano de la implicación de los oropesanos».
Más de 150 actividades diarias
Y es que las más de 150 actividades diarias y más de 500 personajes distribuidos por las calles del pueblo, obligan a un elenco de personas que importante. Así, por unos días, el oropesano de a pie «vuelve a la época medieval» y se sumerge en las actividades para hacerlas lo más realistas posible. Si contamos que la localidad cuenta con unos 2.600 habitantes, el peso de la participación ciudadana en las actividades «se estima en un 50% de colaboración y el otro 50% son, naturalmente, grupos contratados», destaca Zapardiel, «contar con una implicación así, es como alcalde una tremenda satisfacción».
La implicación de todo un pueblo
Es tal la implicación de los habitantes de Oropesa que las actividades se organizan durante todo el año. «Sinceramente, aunque todavía no han pasado las de este año, ya estamos pensando en las que vienen», indica el alcalde de Oropesa, «contamos siempre con nuestras actividades más reconocidas y origen de la fiesta, como son el Rescate de la Princesa y los distintos torneos y actividades con clara esencia medieval, como son las justas y los arqueros pero no dejamos de pensar en distintas actividades que hagan de nuestras Jornadas Medievales un evento inolvidable y que los visitantes se queden con las ganas de repetir al año que viene».
Voluntarios de pueblos cercanos
Si hablábamos de la población de Oropesa, que cuenta con más de 2.600 habitantes durante el año, cuando llega la celebración de estas jornadas, el pueblo recibe, en una estimación, a más de 40.000 visitantes. Esto, evidentemente, como resalta Zapardiel, «requiere mucha implicación ya no sólo de nuestro pueblo sino de otras localidades de la provincia e incluso de otras regiones que siempre colaboran con nosotros».
Se refiere al voluntariado que cada año forma parte de la logística de seguridad, junto con la presencia de agentes que disponen desde la Delegación del Gobierno y desde la Junta de Comunidades de CLM, que por ejemplo «proceden desde Arenas de San Pedro, en Ávila, a los que les agradecemos su inestimable colaboración en cada edición». La implicación con esta fiesta, destaca el alcalde, «y a los que agradecemos muchísimo su inestimable colaboración, hace que asistan voluntarios de otros pueblos vecinos como Lagartera, Calera y Chozas y El Puente del Arzobispo, entre otras, y desde Navalmoral de la Mata y otras localidades de Comarca de la Vera, para hacer de estas fiestas las más seguras y organizadas posibles».
Un planificada organización de un año
Es otra de las claves de por qué las Jornadas Medievales de Oropesa destacan: la notable organización para una localidad de tan poca población y que acoge en estos días a miles de visitantes. Zapardiel recuerda el inmenso esfuerzo que «hacemos para que las fiestas sean lo más seguras posibles. Queremos que quienes participen, ya sean vecinos o visitantes, tengan por seguro que asisten a un evento donde, por encima de todo, cuidamos de las personas. La seguridad y la atención al visitante es primordial para nosotros«. Así, cuando nos acercamos a las Jornadas Medievales de Oropesa nos encontramos con espacios habilitados para aparcar, voluntarios que nos indican sobre cómo movernos en las calles y paisanos dispuestos para hacer sumergirse al visitante en la época del medievo. Si de algo puede estar seguro quien asista a ellas, es que su seguridad está garantizada.
La época medieval, siempre como referente
La diversidad y la innovación son la máxima para la organización, siempre teniendo como referencia la época histórica de la Edad Media. Así, y con el ánimo de incluir también otras actividades de diferentes zonas de Europa, la programación acoge eventos protagonizados por representantes europeos, como pueden ser desde Italia, Francia o Portugal que, como afirma Zapardiel, «son países donde las actividades recuperadas del medievo están más presentes».
«El grupo más vistoso es el de los abanderados procedentes de Italia, por su innegable tradición en estas actividades de origen medieval», señala el alcalde de Oropesa. Es el más numeroso y por su acompañamiento musical con trompetas y tambores, es una de las notas más destacada de las jornadas. Nos explica Zapardiel que «ellos se diferencian porque su baile de la bandera trae palos más ligeros lo que permite unos movimientos más ágiles, distintos a los nuestros que se realizan con mástiles más duros. Son la nota internacional de nuestras jornadas».
Buscando la satisfacción del visitante
Por si queda alguna duda sobre la magnifica y detallada organización, el visitante puede estar seguro de que en todo momento funcionarán las comunicaciones. Teniendo en cuenta la masiva afluencia de asistentes a estas jornadas, desde el Ayuntamiento cuentan con la atención de las distintas compañías telefónicas para que no caiga la cobertura necesaria para las comunicaciones. Y es que, «en Oropesa vivimos para y por estas jornadas», señala el alcalde. «El éxito de estas celebraciones supone la promoción turística de nuestra localidad para el resto del año, lo que nos ha convertido en un municipio turístico«.
Así, Oropesa, que se traslada a la época medieval durante tres jornadas en el mes de abril, trabaja para hacer de sus Jornadas Medievales un espectáculo único que recuerden propios y visitantes, convirtiéndolo en una experiencia que deje las ganas de volver al año siguiente.