Javier Rivas – Talavera más alegre y Javier Rivas – Talavera más alegre
Que Talavera se mueve y cada vez a mayor velocidad y con rumbo cierto e ilusionante, es algo que ya casi nadie niega. Es cierto que no podemos cantar victoria, ni dormirnos en la complacencia ni en la suficiencia. Por mucho que los mimbres se estén preparando, aún queda para ver terminado el cesto, pero eso es algo irrefrenable.
El gobierno de Tita García tiene motivos más que sobrados para sentirse satisfecho de lo avanzado, pero también saben que no pueden bajar la guardia ni un minuto. Todo lo que se construye con mucho trabajo es difícil que sucumba, pero lo dicho, no conviene bajar la guardia.
La buena gestión se ve reflejada en el día día, incluso en las recientes ferias de San Isidro que han supuesto un revulsivo de alegría y renovación de fuerzas para todos los talaveranos. Pero la buena gestión también se ve en una oposición lánguida, perdida y que anda rebuscando en la basura por ver si encuentran algo que llevarse a la boca. Mala opción para ellos y para Talavera. Sería bueno que la oposición se alinease con la ciudad y con el prometedor futuro que se vislumbra.
El problema que tienen los personajes ociosos, es que le dan al vicio ruin de la mezquindad. Y este vicio se da en los ociosos propios y en los ajenos. Talavera precisa de todas las manos, de todos los cerebros y de todas las bocas para gritar nuestros logros y nuestras bondades. Las voces que se alían con la herrumbre del victimismo y de buscar cómo hacer daño, es de corto recorrido y aporta poco o nada al bien común.
Afortunadamente, los herrumbrosos propios y ajenos, cada vez son menos y más aislados. Siempre les quedará la barra del bar para emponzoñarse a sí mismos de alcohol y de baba. Mal que les pese, Talavera está cada día más bonita y con más alegría. Por algo será.