Han finalizado las pruebas de acceso a la Universidad (EvAU) y nuevamente hay que alzar la voz contra la falta de igualdad que impregnan estas pruebas. Exámenes particularmente relevantes en cuanto a que evalúan los conocimientos adquiridos por los estudiantes y sus resultados pueden determinar el futuro profesional puesto que afectan al acceso a determinadas carreras universitarias.
Y es que el que más y el que menos se pregunta cómo es posible que existan 17 sistemas de acceso diferentes: Los exámenes se celebran en distintas fechas; Hay disparidad en la dificultad de los contenidos; Diversos precios de la tasa de matriculación para tener derecho a examen; Posibilidad de que un alumno pueda presentarse con varias asignaturas pendientes.
Si nuestra Constitución reconoce como derecho fundamental la igualdad ante la Ley ¿por qué este «libre albedrío»? ¿por qué no se regula en consecuencia, sin perjuicio de la descentralización de la competencia educativa?