El Gobierno de Castilla-La Mancha ha decidido endurecer las medidas a adoptar para luchar contra la Covid-19. Así lo ha indicado en comparecencia pública, desde el Palacio de Fuensalida, el presidente del Ejecutivo autonómico, Emiliano García-Page, quien ha pedido un esfuerzo de diez días para “evitar el dolor de meses”.
Junto al consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, el presidente autonómico ha explicado que se decreta el toque de queda en toda la región a las 22:00 horas y se restringe el movimiento entre municipios a actividades estrictamente laborales, educativas y de servicios esenciales. García-Page ha explicado que han “tomado esta decisión para evitar el colapso sanitario y la pérdida de control de los casos rastreados”.
De la decisión que ha adoptado el Consejo de Gobierno, al amparo del Decreto del Estado de Alarma, se ha dado cuenta, en una reunión posterior, al delegado del Gobierno en la región, Francisco Tierraseca; a la presidenta de la Federación de Municipios y Provincias, FEMP CLM, Tita García Élez; así como a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado representados en la Guardia Civil, Policía Nacional y representantes de las policías locales de la comunidad.
“Hay que tomar decisiones para salvar vidas y defender el marco de convivencia del Estado de derecho” ha dicho el presidente asegurando que, “ni son decisiones fáciles, ni bonitas, son amargas”, argumentando que “no hay más remedio que evitar la movilidad y el contacto” y pidiendo “colaboración de todas las instituciones, tanto públicas como privadas”.
Unidad nacional
En este orden de cosas el presidente ha recordado que, si no se toman estas medidas ahora, “más tarde se verá afectada la economía”. Ha incidido en que Castilla-La Mancha ha sido una de las comunidades autónomas del país “más permeables” con los toques de queda, y ha reconocido que “son medidas que me gustaría gozaran de un razonable consenso en toda España y tengamos unidad de mensaje para combatir el virus como lo tenemos en los tratamientos y en las vacunas”.
A este respecto, ha avanzado que esa postura de unidad en la adopción de medidas será la que lleve el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, el próximo miércoles, al Consejo Interterritorial de Salud porque les “gustaría que hubiera un planteamiento unificado en España, se cambie el Decreto del Estado de Alarma y se aúnen las posturas de todas las comunidades autónomas”, ha aclarado García-Page.
Diez días
En diez días el Ejecutivo castellanomanchego volverá a revisar las medidas adoptadas, para cuyo fiel cumplimiento se hará un despliegue de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, con la finalidad de “replegar a la ciudadanía” ha indicado García-Page, subrayando que dado que este Gobierno “no quiere que se vea afectada la economía” se decide que la movilidad se restrinja a lo indispensable: el trabajo, la educación y los servicios sociales.
Además, ha dicho que es necesario frenar “en seco el desarrollo del virus”, cuyos casos se están viendo incrementados y, para ello, ha pedido la colaboración de toda la sociedad a la que ha invitado a tener “esperanza” ante el resultado de la vacuna y a ser “muy prudentes” porque al virus “hay que pararlo en tránsito”.
Emiliano García-Page ha tenido palabras de aliento para toda la población, también de reconocimiento para el personal sanitario y se ha mostrado convencido de que “este brote no es culpa de nadie, así que o paramos la conectividad y la movilidad o no cortamos al virus”. Del mismo modo ha asegurado que si en esta ocasión se llega al colapso sanitario, “no podremos alegar ignorancia porque sabemos las consecuencias”.