En el Palacio Real, durante el acto central de conmemoración del bicentenario de la Policía Nacional, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha dedicado palabras elogiosas a esta institución, destacándola como la guardiana de «nuestros derechos» en los momentos más cruciales y desafiantes. En un discurso cargado de gratitud y reconocimiento, García-Page subrayó el papel esencial de la Policía Nacional en la defensa de la libertad y los derechos fundamentales de los ciudadanos, señalando que estos valores necesitan protección activa y comprometida.
Previo a acompañar a los Reyes de España en esta significativa celebración, el presidente regional expresó su plena conciencia y orgullo por participar en este evento histórico. Remarcó la importancia de la efeméride, recordando los 200 años de existencia de la institución policial, desde la creación de la Policía General del Reino en 1824, precursora de la Policía Nacional. En este marco, la Policía Nacional recibirá la distinción de la Placa de Honor de la Orden del Mérito Constitucional de manos de Felipe VI.
En su intervención, García-Page elogió el arduo trabajo conjunto de todas las fuerzas de seguridad, reconociendo también el valioso aporte de las policías autonómicas. Sin embargo, reiteró la decisión de su comunidad de no crear una policía autonómica en Castilla-La Mancha. Argumentó que la región está plenamente satisfecha con la asistencia brindada por la Policía Nacional, la Guardia Civil y las policías locales, resaltando la efectividad y la colaboración entre estas instituciones en beneficio de la seguridad y el bienestar de los ciudadanos.