Abril es el mes del libro y durante el mismo son muchos los eventos que se celebran en torno a este objeto que custodia miles de historias entre sus páginas. Y como las historias de los libros que, durante 35 años, han vendido tras el mostrador de su ya mítica comercio, José Antonio y Lali, su labor al frente de la Librería Nobel llega a su fin.
Su historia es una novela de amor
Las páginas de la historia de la Librería Nobel se escribe con tinta roja, la que representa al amor. Y es que si la labor de este matrimonio tuviese cabida en una narración, sería una muy buena novela romántica. Y, es que José Antonio decidió abrir este negocio, hace más de 35 años, solo por un motivo: por amor. El amor que sentía por sus queridos libros que vendía como distribuidor de editoriales en Madrid y el amor por la que ahora es su esposa, Lali, la talaverana que le hizo echar raíces en la ciudad que vio nacer la librería que se pronto se despedirán.
Por entonces, un joven José Antonio se labraba un futuro como comercial de editoriales en una emergente Madrid, procedente de su también querida Santa Olalla y conoció a Lali. La joven talaverana que cautivó a José Antonio le trajo hasta Talavera. Quedaba atrás su labor en el mundo editorial para comenzar una nueva vida junto a su nuevo y más preciado amor. Sin embargo, como apasionado de los libros, José Antonio no podía desvincularse de ello y ambos decidieron abrir su librería, una librería que ha pasado a ser historia de Talavera.
Y así, por amor a su mujer y a los libros comenzaba la historia de esta emblemática librería en Talavera. Como las mejores novelas románticas, el matrimonio desea que su historia de amor por su librería siga el ejemplo de su consolidado matrimonio y pase a alguien que sepa amarla y admirarla como ellos lo han hecho durante estas más de tres décadas al frente.
Anécdotas de toda una vida
¿Quién podría, con 35 años de experiencia a sus espaldas, quedarse con una sola anécdota a destacar? Recuerda José Antonio como, cuando los comercios en Talavera no abrían por las tardes durante las ferias de septiembre, debían ponerse detrás del mostrador porque los vecinos les llamaban para decirles que tenían una larga cola de personas esperando por sus libros para el nuevo curso escolar.
Con satisfacción cuenta como les han llamado desde Madrid para solicitarles ejemplares para firmas o encuentros con lectores en su librería. Porque el mundo de los libros es mucho más que venderlos, es consolidar una relación de pasión que permanece invariable en el tiempo. Así es como se sienten Lali y José Antonio. Les cuesta desprenderse de este gratificante trabajo pues lo han ido postergando hasta lo imposible. Están verdaderamente enamorados. Y también de su librería. Pero ahora comienzan una nueva etapa de la vida, como reconoce José Antonio no sin sentir un pellizco en el corazón por dejar de tener que subir cada día el cierre de su establecimiento y dar la oportunidad de abrir, también, la imaginación de sus clientes con sus libros.
Un nuevo futuro: se busca a quien continúe con el legado
El negocio de la librería se traspasa para aquel que se comprometa a continuar con la difícil tarea de seguir el legado de este matrimonio que busca la tranquilidad de la jubilación, con el amargo sabor de tener que dejar el trabajo por el que tanto han luchado y que han amado con cierta nostalgia pero con la esperanza de seguir viendo los estantes de su local llenos de historias intercaladas entre páginas y páginas.
José Antonio tiene la esperanza de poder encontrar pronto a quien les sustituya al frente de su preciada librería y guarda la esperanza de poder volver a ella, eso sí, ahora solo como amante de los libros junto al amor de su vida, Lali. (Casi) fin.
