La conexión de alta velocidad entre Madrid y Lisboa a través de Talavera, Toledo y Extremadura, prevista para 2030, enfrenta crecientes incertidumbres y alternativas provisionales. La falta de definición sobre la aprobación del trazado, ha provocado que varias autoridades den fechas contradictorias.
Diferentes pensamientos entorno a la aprobación del AVE
El ministro de Transportes, Óscar Puente, reafirmó en el Senado que Extremadura contará con alta velocidad en 2030. Sin embargo, este compromiso no asegura la inclusión completa del tramo toledano, ya que una opción viable sería conectar Talavera con la línea convencional Talayuela-Humanes, electrificando este tramo como medida temporal. Según el delegado del Gobierno en Extremadura, José Luis Quintana, esta alternativa garantizaría que la alta velocidad llegue a Extremadura en la fecha prevista, aunque Toledo podría quedar fuera de la ecuación inicial.
Por su parte, el presidente Pedro Sánchez reforzó en la cumbre Hispano-Lusa su compromiso con la línea Madrid-Lisboa. Sin embargo, su homólogo portugués, Luís Montenegro, prioriza el corredor Lisboa-Oporto-Vigo, lo cual indica que el trazado que incluiría a Extremadura y Talavera podría desarrollarse más lentamente en Portugal.
Estas afirmaciones de gran peso, por los escenarios en los que se comentaron, chocan con las declaraciones del delegado del Gobierno en Extremadura, José Luis Quintana, el cual aseguraba hace unos días, que «nunca se había confirmado que el tramo Madrid-Oropesa del futuro corredor de alta velocidad vaya a estar terminado en 2030»
Consecuencias del Plan de Electrificación
Si se opta por la electrificación del tramo Talayuela-Humanes en lugar de un trazado exclusivo de alta velocidad hasta Toledo, esta capital de provincia podría ver retrasada su conexión ferroviaria de alta velocidad hasta varios años después de 2030. Toledo se incorporaría al corredor solo cuando el tramo Madrid-Oropesa esté finalizado, un proceso que está aún en estudio y enfrenta obstáculos técnicos, incluyendo la necesidad de definir si el AVE cruzará el Tajo mediante un viaducto o si habrá un soterramiento en Talavera.
En definitiva, esta solución provisional para que el AVE llegue en 2030, basada en la electrificación de un tramo convencional, podría dar una respuesta temporal a las exigencias, pero habría implicaciones importantes para ciudades clave como lo son Talavera y Toledo.
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