Aunque pueda parecer el título de una película, nada más lejos de la realidad. Se trataba de un verdadero espía al servicio del régimen nazi durante la Guerra Civil Española. Y tenía nombre y apellidos: Roland Strunk. El Führer y Strunk eran amigos, casi de la misma edad y ambos distinguidos con la Cruz de Hierro en la Gran Guerra.
En el año 2021 los servicios de inteligencia de los Estados Unidos han desclasificado documentación relativa a Roland Strunk y sus andanzas por España: Strunk recibió del propio Hitler el encargo de desplegar en España una red de espionaje para comprobar el grado de implicación de Franco y los militares golpistas en la ayuda militar que estaban recibiendo por parte de Alemania. Strunk también estuvo en Talavera de la Reina cumpliendo su misión de espionaje.
Como dice Francisco Espinosa en su libro La columna de la muerte, Strunk realizó una fotografía a las afueras de Talavera de la Reina del asesinato de un grupo de braceros por parte de la Legión. Pero Strunk describió también el “terror rojo”: “… No entraré a explicar aquí los detalles en este informe, porque no tendría mucho sentido hacerlo, pero sí diré que lo que he visto es espantoso. He sido testigo de terribles mutilaciones a los nacionales, a veces en formas que revelan patologías sexuales prácticamente imposibles de describir. El estado en el que he encontrado a las monjas asesinadas es terrible. Y resulta difícil hacerse una idea del modo en que se han profanado los altares…”, firmó Strunk.
Por Javier Gallego.
Abogado. Perito Judicial de Arte y Antigüedades.
