Esta ciudad, de apenas 40 000 habitantes, puede ser una de las sorpresas que te lleves en un pequeño viaje. Además, la cercanía a Talavera hace que sea un buen y bonito plan. En este artículo vamos a explicarte qué puedes ver, como puedes llegar y todo lo necesario para que disfrutes de esta encantadora ciudad.
Cómo llegar a Plasencia desde Talavera
Tenemos dos opciones para llegar a Plasencia. La primera es el coche. Tardaremos aproximadamente 1 hora y 25 minutos en completar los 125 kilómetros de recorrido. El gasto en combustible aproximado ronda los 30 €.
La segunda opción es el tren, Tenemos línea directa desde Talavera, que nos deja en poco más de una hora por un precio que oscila entre los 12 y los 16 €. El mayor inconveniente es que solo hay 3 servicios al día, por lo que no podemos controlar mucho el horario.
Historia de Plasencia, qué ver
Plasencia es de las pocas ciudades españolas que se jacta de tener dos catedrales. Además, esta es la más pequeña de todas ellas y eso, lo vamos a ver en nuestra visita. Para empezar, tenemos que saber que Plasencia se fundó en el año 1186 por Alfonso VIII de Castilla.
Esto es de manera oficial, ya que en la realidad, la zona lleva siendo poblada desde la época prehistórica. Hay restos romanos en la zona de Fuentidueñas o una muralla anterior a este rey castellano en la zona de La Mota.
Los primeros problemas surgieron porque estábamos en plena reconquista, al poco de la fundación de la ciudad, los musulmanes la conquistaron, para ser reconquistada nuevamente por los cristianos poco tiempo después. Plasencia ha tenido una historia de conquistas y reconquistas, también fue invadida 7 veces por los franceses y se dirimieron diversos asuntos entre reyes durante las guerras carlistas. Con esto, nos podemos hacer una idea de lo mucho que podemos aprender de Plasencia en una visita.
Las dos catedrales son un “must”, tanto “la nueva” como “la vieja” merecen una visita. El Parador de Plasencia, el palacio de Mirabel y el teatro Alkázar, con más de un siglo de existencia, son también lugares que debes visitar.
Y, por supuesto, no te pierdas las murallas, que guardan un cierto parecido con las de Ávila. No se conservan enteras, pero tienen un buen encanto para pasear por la zona. Aquí tenemos que destacar la Puerta de Sol y la Torre Lucía.
Plasencia cuenta también con un acueducto que, si no es el acueducto de Segovia, tiene un encanto especial conocerlo.
Dónde comer en Plasencia
Pero una buena visita tiene que tener una buena comida, y aquí no va a ser difícil encontrar buenos restaurantes. Según las valoraciones de muchos clientes, podemos recomendar restaurantes como Succo en C. Vidrieras, 7 y teléfono 927 41 29 32, Casa Tomás en Av. Salamanca, Nº 12 y teléfono 927 41 90 51, o Parada de la Reina en C. Tornavacas, 2 y teléfono 927 42 50 77, si te gusta la comida mediterránea. Para algo con más variedad, el restaurante Gredos en Plaza Mayor, 4 y teléfono 927 42 07 35 es uno de los favoritos y está situado en un lugar perfecto para conocer la ciudad.
Donde dormir en Plasencia
Y ya, para rematar nuestra visita, debemos encontrar un buen sitio donde descansar y continuar con la visita a Plasencia al día siguiente.
Si buscas algo con un buen precio, todos hablan del Hotel Real, ubicado en Av. Salamanca, 19, pues dicen que tiene una inmejorable relación calidad precio. Pero también tenemos que nombrar el hotel Palacio Carvajal o el Hotel Exe Alfonso VIII, que son lugares magníficos para darse el capricho de pasar una noche inmejorable.
Curiosidades
Plasencia no ha sido aún masificada por el turismo, lo que hace que sea una muy buena opción además de tranquila. La historia un tanto “revuelta” de la ciudad hacen de esta una visita muy interesante.
Aquí, cada martes desde hace más de 800 años, se celebra un mercadillo donde se venden comestibles. Esta es una tradición muy placentina, la del comercio.
En esta Plaza Mayor se encuentra uno de los iconos más importantes para sus habitantes, se trata del Abuelo Mayorga, cuya figura cuelga del Ayuntamiento desde hace dos siglos, pese a haber sido destruido en algunas ocasiones.
