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viernes, noviembre 22, 2024
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El Valle del Jerte: programaciones, fechas clave y todo lo que debes saber para disfrutarlo

El Valle del Jerte: programaciones, fechas clave y todo lo que debes saber para disfrutarlo
El Valle del Jerte: programaciones, fechas clave y todo lo que debes saber para disfrutarlo.

La floración de cerezos en el Valle del Jerte, en la provincia de Cáceres al norte de Extremadura, es un evento que ofrece un paisaje blanco impresionante y lleno de estímulos para los visitantes. Durante la primavera, este valle se transforma en un espectáculo natural que desorienta a los viajeros que lo visitan por primera vez, como si se tratara de una tradición carnavalesca. A pesar de que el Jerte comparte esta belleza natural con los valles del Ambroz y la Vera, su carisma único radica en la floración de cerezos. Es una oportunidad única para sumergirse en un paisaje impresionante y disfrutar de una experiencia única en la naturaleza.

Fecha clave: la floración

La fecha de floración de los cerezos en 2023 en el Valle del Jerte se prevé entre el 17 de marzo y el 2 de abril, durante la Fiesta de Interés Turístico Nacional Primavera y Cerezo en Flor. Del 3 de abril al 2 de mayo será el momento de la Lluvia de Pétalos, aunque las fechas pueden cambiar debido a factores meteorológicos. El nombre del valle, Jerte, se deriva del hidrónimo árabe Xerete, que puede ser interpretado como «río cristalino» o «valle angosto», y sus aguas fluyen por gargantas y pozas encajadas entre la Sierra de Tormantos y los Montes de Traslasierra.

El Valle del Jerte: programaciones, fechas clave y todo lo que debes saber para disfrutarlo
Cerezas del Valle del Jerte.

En busca de los cerezos

En el Valle del Jerte, protegidos por un microclima favorable, los cerezos son la joya de la región. Durante diez días a finales de marzo y principios de abril, florecen en una cascada de colores desde las zonas más bajas hasta las más altas, cubriendo el valle con una capa nevada y esponjosa que representa el renacimiento de la vida tras el duro invierno. Para apreciar la belleza de la floración, es recomendable visitar cada uno de los pueblos de la región. El área es el hogar de buitres leonados, milanos y cabras montesas, y las serpenteantes carreteras de las alturas de Tornavacas, con su mirador que ofrece una de las mejores vistas del valle, son una introducción espectacular. Desde aquí, comienza la Ruta de Carlos V, que conecta el Valle del Jerte y la región de la Vera, tal como lo hizo el emperador en 1556.

De mirador de Tornavacas al museo de la Cereza

Mirador de Tornavacas. Foto: www.turismovalledeljerte.com

A pocos kilómetros del mirador de Tornavacas, nace el río Jerte, que fluye hacia el sur hasta llegar a la localidad que lleva su mismo nombre. Desde el pueblo de Jerte, hay otra ruta que atraviesa la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos, entre robles, fresnos, madroños y sauces, hogar de truchas, tritones y nutrias. Durante millones de años, la erosión implacable ha creado en la dura roca granítica las Marmitas de Gigante, conocidas localmente como Los Pilones, que constituyen uno de los lugares de mayor interés geológico de Extremadura. En verano, este lugar se convierte en un refugio refrescante para familias y grupos de amigos que pueden llegar allí por un sendero que comienza en el centro de interpretación del parque.

Siguiendo el curso del río, se encuentra la impresionante Garganta de los Papúos, un cañón donde el agua ha esculpido una serie de cascadas y pozas, creando un espectáculo natural de saltos y deslizamientos que termina en la localidad de Cabezuela del Valle. En este pueblo con un conjunto histórico-artístico de calles laberínticas y empinadas se encuentra el Museo de la Cereza, donde se puede comprender cómo un millón y medio de cerezos, con sus 40 variedades de perlas carmesí, entre ellas la joya indiscutible de la corona: la picota, han llegado a ser una forma de vida cuya máxima expresión se materializa durante su recogida, la cerecera.

De Navaconcejo a El Cabrero

Navaconcejo. Foto: www.pateandoespaña.es

La inclinación del terreno se reduce al llegar a Navaconcejo, donde se pueden degustar platos típicos como la caldereta extremena, el picadillo, patatas revolcás o la famosa trucha jerteña. Estos deliciosos manjares saben aún mejor después de una caminata, por ejemplo, hasta la Garganta de las Nogaleas, una serie de siete impresionantes cascadas rodeadas por la exuberante vegetación de chopos, alisos y fresnos. Antes de llegar al pueblo de Casas del Castañar, donde todavía coexisten campos de cerezos y castaños, la carretera que atraviesa el valle del Jerte conecta varios pueblos serranos.

Dirigiéndonos hacia el este, el terreno se vuelve más inclinado hasta llegar a Valdastillas, punto de partida para explorar la famosa Cascada del Caozo. Continuando hacia el núcleo de Piornal, situado entre matorrales de piornos, sus casas de granito presencian cada año la celebración de la Fiesta de Intéres Turístico Nacional del Jarramplas.

Las impresionantes vistas continúan hacia el este, llegando a Barrado y después a El Cabrero, donde se produce el kirsch jerteño, un aguardiente elaborado con cerezas.

De Rebollar a la Vía de la Plata del Valle del Jerte

Vía de la Plata – Valle del Jerte.

Hacia el oeste se encuentra Rebollar, un pequeño museo de arquitectura popular con callejones estrechos y sinuosos que toma su nombre de los rebollos, pequeños robles propios del Mediterráneo. Finalmente, se encuentra El Torno, donde se puede despedir el valle en compañía de las cuatro esculturas del Mirador de la Memoria, dedicadas a los olvidados de la Guerra Civil.

Antes de unirse al río Alagón, el río Jerte acaricia Plasencia, una ciudad fundada por Alfonso VIII de Castilla con el lema «Ut placeat Deo et hominibus» (para agradar a Dios y a los hombres). Plasencia es una de las ciudades medievales más impresionantes de España y sigue cautivando con la misma fuerza con la que sedujo al pintor Joaquín Sorolla, quien la inmortalizó en su cuadro «El Mercado».

Situada cerca de la antigua Vía de la Plata, una muralla con torreones almenados, tres torres y un alcázar que ha resistido el paso del tiempo protegen los edificios blasonados del casco antiguo, que hoy deleita a los amantes de la arquitectura, la historia y la heráldica por igual.

Mucho más por descubrir en el Valle del Jerte

Escápate a Plasencia, Cáceres
Plasencia.

Dentro de las murallas de Plasencia, se pueden apreciar palacios, casas señoriales, iglesias y antiguos conventos que evidencian el esplendor del pasado de la ciudad. Esta se organiza en torno a tres plazas: la Plaza Mayor, la Plaza de la Catedral, que alberga dos catedrales contiguas, y la Plaza de San Vicente Ferrer, junto a la de San Nicolás, donde destacan el Parador y el Palacio de los Marqueses de Mirabel, que está conectado con el barrio judío por un gran arco resultado de un juicio que duró 150 años.

Fuera de las murallas, todavía se conserva el acueducto de San Antón, del siglo XVI, con 55 arcos, que traía agua a la ciudad desde El Torno y Cabezabellosa. Por otro lado, una sorpresa arquitectónica más moderna es el Palacio de Congresos, inaugurado en 2017 y diseñado por los arquitectos José Selgas y Lucía Cano. Con una cubierta de poliuretano que se ilumina por la noche, esta estructura inusual representa la Plasencia más innovadora y vanguardista.

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