Después de tres años de investigación, las autoridades locales desmantelan una pequeña plantación de marihuana en la casa de un tendero de Cebolla, Toledo. Este hombre, junto con su esposa, mantenía un nivel de vida lujoso gracias a los ingresos generados por su cultivo ilegal de marihuana, que operaba discretamente al lado de un colegio y una residencia de mayores en la localidad.
El matrimonio, conocido por su amabilidad y cordialidad, regentaba dos tiendas de comestibles, una en Cebolla y otra en Mesegar, un pequeño municipio cercano. Sin embargo, según los vecinos, los ingresos de ambos establecimientos no parecían ser suficientes para mantener el alto tren de vida que llevaban. Con dos hijas estudiando en una escuela privada en Madrid, con un coste anual de aproximadamente 25.000 euros cada una, y un gasto ostentoso en bares y restaurantes, las finanzas del matrimonio planteaban interrogantes entre los lugareños.
La sospecha sobre el cultivo ilegal comenzó a gestarse durante los meses de mayo, cuando un fuerte olor a marihuana invadía los alrededores de la carretera de la Estación, según informaban los maestros del colegio a las autoridades locales. Tras una meticulosa investigación que duró tres años, un policía local, junto con la Guardia Civil, lograron recabar pruebas suficientes para solicitar una orden de registro.
Utilizando un dron, las autoridades obtuvieron imágenes térmicas irrefutables que confirmaban la existencia de una plantación interior de marihuana en la casa del tendero. La vivienda, estratégicamente ubicada al lado del colegio y la residencia de mayores, albergaba una pequeña plantación perfectamente acondicionada en una habitación construida adyacente a la casa principal.
El día del registro, la Guardia Civil procedió con un amplio despliegue en la madrugada del 20 de febrero, coincidiendo con el inicio de la jornada escolar y el desayuno de los residentes de la tercera edad. En la habitación señalada por las imágenes del dron, los agentes encontraron alrededor de cinco kilogramos de marihuana y evidencia de un cultivo sistemático.
El tendero y su esposa fueron detenidos por su presunta implicación en un delito contra la salud pública, aunque fueron puestos en libertad con cargos tras prestar declaración. Además de enfrentarse a posibles penas de prisión y multas, deberán hacer frente a las consecuencias legales por el fraude de luz cometido al desviar suministro eléctrico para el cultivo clandestino.