El profesor y activista talaverano César Rodríguez, de 54 años, decidió suspender su huelga de hambre tras 94 horas de ayuno debido a un deterioro significativo en su salud. Rodríguez inició esta protesta el pasado miércoles, 12 de junio, en oposición a la situación de guerra en Palestina, buscando llamar la atención mediática y ciudadana, sobre la crisis humanitaria en la región.
Un deterioro en la salud del talaverano
El sábado, 15 de junio, César tuvo que acudir al servicio de urgencias del hospital, donde los médicos consideraron necesario administrarle suero intravenoso. Ante esta situación, el activista decidió poner fin a su huelga de hambre. “Al ver que me iban a poner un soporte por vía, consideré como mejor opción ir a mi casa a comer». Su salud llegó hasta el punto, según nos ha comentado «de estar pálido, frío y con un hilito de voz”.
Lo bueno es que, desde el inicio de su huelga, Rodríguez había expresado su conciencia de las limitaciones físicas, pero también su firme determinación de intentar generar un impacto positivo. «Durase lo que durase la huelga de hambre, al menos mi conciencia iba a estar tranquila porque había intentado sumar, puesto que los pequeños gestos pueden cambiar cosas en el mundo»
Además, hay que destacar que aun estando en una situación de salud crítica, nunca dejó de impartir clases en el instituto, lo que resalta aún más no solo su convicción, sino también su pasión por ayudar a los demás.
En conclusión, su acción, aunque breve, ha servido para visibilizar la grave situación en Palestina, mostrando la solidaridad y el compromiso de un individuo que, a pesar de sus limitaciones físicas, decidió tomar una acción drástica para intentar influir en la opinión pública y política.
