Afirman los expertos en economía que si los precios no se moderan en las semanas venideras, España alcanzará una inflación que superará el 10%. Porcentaje no visto desde la fatídica crisis energética de 1985.
Pero lejos de tratarnos como a adultos pensantes, el jefe del Ejecutivo central –presidente Sánchez- responsabiliza de la dramática situación a Putin y a su genocida invasión en Ucrania.
Yo no sé a los lectores, pero a mí personalmente la paciencia se me acabó hace tiempo. Porque este tipo de afirmaciones, además de ser del todo inciertas son insultantes a poco que uno sea medianamente observador.
La tasa anual de inflación cerró el pasado año 2021 en el 6,7% -la cifra más alta desde 1992-. Y la guerra aún no había comenzado.
El gravamen impositivo que se aplica a los carburantes es del 50% a la gasolina y del 45% al diésel. Lo gestiona Moncloa, no el séquito de Putin.
Sólo un 40% del total que pagamos en la factura de la luz se corresponde al consumo del usuario. El resto son impuestos y costes. Nuevamente, una gestión íntegra a cargo del Consejo de Ministros.
Los ingresos públicos marcaron en el 2021 un récord histórico, con una recaudación de 223.382 millones de euros en valores absolutos y un incremento del 15,1 % con respecto al año anterior. El Gobierno socialdemócrata lo achaca a un inusitado vigor en el camino a la recuperación económica tras el impacto de la crisis por el COVID.
A esto mismo, como lo llamamos los españoles de a pie, los autónomos, las pymes, las empresas y en definitiva, los que pagamos impuestos, es un desfalco hecho con premeditación y alevosía.
Y que nadie se lleve a engaño, a mayores subidas de precios, con más fruición se frotan las manos Montero, Calviño y sus socios podemitas. Porque nuestro ingente esfuerzo fiscal es realmente su beneficio, con el relato ante los medios de que la situación en España va en viento en popa.
Cuando ni de cerca es así. Pero para saberlo hay que dejar la moqueta y pisar asfalto.
Lleva días circulando por los grupos de WhatsApp un vídeo de Irene Montero cuando cargaba contra Rajoy porque el precio de la luz se situaba en 60€ el megavatio/hora. Por respeto a los lectores me ahorraré los calificativos que por entonces utilizaba la ahora todo empoderada Ministra. Hoy el pico máximo excederá de los 700 € el megavatio. ¿Saben dónde se encuentra ella? No es difícil adivinarlo, aunque por descarte les diré que no precisamente hablando de la pobreza energética en la que a este paso al final acabaremos sumiéndonos todos los españoles, no sólo el 1.200.000 calificado de más vulnerable.
Si esto no es populismo, que venga Dios y lo vea.
