
Tras las críticas del Grupo Municipal Socialista y la advertencia expresa de la Consejería de Patrimonio de Castilla-La Mancha, el equipo de Gobierno local, conformado por PP y Vox, ha procedido finalmente a la retirada de los árboles y vegetación plantados recientemente junto a la muralla de la calle Corredera del Cristo.
La actuación, impulsada por el concejal de Medio Ambiente y portavoz de Vox, David Moreno, se criticaba duramente criticada por la oposición, que ya el pasado mes denunció públicamente esta plantación por considerar que ponía en riesgo la integridad de uno de los principales bienes patrimoniales de la ciudad.
Los socialistas han recordado que en 2015, durante las intervenciones urbanísticas realizadas en la misma zona, Patrimonio ya había dejado claro la no adecuación de plantar especies arbóreas junto a la muralla. En aquella ocasión, se advirtió de los peligros que pueden causar las raíces y los sistemas de riego sobre la cimentación de este Bien de Interés Cultural (BIC), así como el impacto visual que la vegetación supone sobre el conjunto histórico como así ha denunciado el PSOE ante el Gobierno municipal.
“Una vez más, el señor Moreno ha actuado como si el Ayuntamiento fuese su finca privada, ignorando no solo las recomendaciones técnicas sino también la responsabilidad que conlleva proteger nuestro patrimonio”, ha señalado el Grupo Socialista en un comunicado. Además, alertan de que la especie plantada, además de ser inadecuada desde el punto de vista estructural, provoca problemas de alergias entre la población, lo que agrava aún más la situación.
Apercibimiento de Patrimonio regional al Gobierno de Talavera
La gota que colmó el vaso fue una comunicación formal emitida el pasado 5 de marzo por el servicio de Patrimonio regional, donde se solicitaba de manera clara la retirada inmediata tanto de las especies plantadas como del sistema de riego instalado. El informe advertía que la actuación generaba “problemas de conservación derivados del riego instalado y del crecimiento de las raíces, pudiendo dañar la cimentación de la construcción y entorpecer la visión del propio conjunto monumental”.
Finalmente, y tras más de un mes de polémica, el Gobierno local ha rectificado, retirando la vegetación y el riego, aunque desde el PSOE lamentan que “haya tenido que ser por presión política y advertencias técnicas, en lugar de por responsabilidad institucional”. Además, exigen al concejal de Medio Ambiente una explicación pública por una decisión que podría haber puesto en peligro la conservación de uno de los símbolos históricos más valiosos de Talavera.
Este episodio reabre el debate sobre la gestión del patrimonio local y la necesidad de que todas las actuaciones en entornos protegidos cuenten con el consenso técnico y político necesario para evitar daños irreversibles.