La Diputación de Toledo, liderada por su presidenta Concepción Cedillo, ha puesto en marcha un ambicioso programa para combatir la despoblación en zonas rurales, enfocándose en las comarcas de La Jara, Campana de Oropesa y Sierra de San Vicente. Este proyecto, en colaboración con la Asociación «Pueblos con Futuro», busca integrar familias en el entorno rural, impulsando el desarrollo económico y social en 57 municipios de la provincia.
La Diputación revitaliza el mundo rural
El plan, denominado “Revitalizando pueblos”, se enfoca en atraer e integrar familias al entorno rural, ofreciendo no solo empleo y servicios, sino también una oportunidad para construir proyectos de vida en el campo. Este programa tiene un enfoque holístico que incluye acompañamiento en la adaptación de las familias al entorno, con seguimiento de entre 1 y 2 años para garantizar una transición exitosa y duradera.
Además, Daniel Arias, vicepresidente de la Diputación y responsable del área de Bienestar Social, destacó la importancia de esta iniciativa para revitalizar estas localidades, promoviendo el uso de los recursos locales y creando nuevas sinergias económicas que ofrezcan oportunidades reales de crecimiento.
El proyecto abarca un total de 57 localidades distribuidas entre tres comarcas toledanas:
- 23 municipios de La Jara
- 17 municipios de la Campana de Oropesa
- 17 municipios de la Sierra de San Vicente
Calidad de vida y estabilidad
El proyecto se centrará en la selección de familias que estén dispuestas a trasladarse al mundo rural y en hacer coincidir las demandas laborales de estas familias con las oportunidades de empleo que ofrecen los pueblos. Esto incluye entrevistas exhaustivas y un análisis detallado de las necesidades de las familias y los recursos disponibles en cada municipio.
Además, se llevará a cabo un minucioso conocimiento del terreno, inventariando los recursos y oportunidades locales, como vivienda disponible, acceso a transporte, servicios educativos y sanitarios, y posibilidades laborales en los pueblos.
Pero el programa no solo busca frenar la despoblación, sino también mejorar la calidad de vida de quienes ya residen en estas zonas y atraer a nuevas familias mediante ofertas de empleo y oportunidades de desarrollo personal y profesional. Con la integración de familias y la mejora de los servicios, el plan tiene como objetivo convertir las comarcas afectadas en verdaderas «tierras de oportunidades».
El enfoque en la continuidad y estabilidad garantiza que las familias que se trasladen tengan un acompañamiento y adaptación progresiva a su nuevo entorno rural, promoviendo así la fijación de población en las zonas más afectadas.