El Camino Natural Vía Verde de la Jara es un recorrido que combina la riqueza del paisaje del monte mediterráneo con un legado histórico, fruto de un proyecto ferroviario que nunca llegó a completarse. Esta ruta de 52 kilómetros, que sigue el antiguo trazado del ferrocarril que unía Calera y Chozas y Santa Quiteria, se ha convertido en uno de los destinos preferidos para cicloturistas y senderistas en España.
Una historia olvidada del ferrocarril
El trazado del Camino Natural Vía Verde de la Jara nació como parte de un proyecto ambicioso durante el reinado de Alfonso XIII, con el objetivo de mejorar la comunicación entre el centro de la península y Extremadura. Diseñado para unir Talavera de la Reina con Villanueva de la Serena, las obras comenzaron durante la dictadura de Primo de Rivera y continuaron con la II República, pero se paralizaron durante la Guerra Civil. Tras varios intentos de reanudación en las décadas siguientes, el proyecto se abandonó en 1962. Aunque el ferrocarril nunca llegó a funcionar, su trazado se recuperó como Vía Verde, ofreciendo una nueva vida a este corredor histórico.
La ruta de la Vía Verde de la Jara
El Camino Natural Vía Verde de la Jara está perfectamente acondicionado para diferentes tipos de viajeros. Puede ser recorrido a pie, en bicicleta o a caballo, lo que lo convierte en una experiencia accesible para toda la familia o para aquellos que buscan una escapada activa en plena naturaleza.
A lo largo de la ruta, se atraviesan 18 túneles y 6 viaductos, siendo el más largo de los túneles de 800 metros. Para aquellos que disfrutan de los paisajes espectaculares, los viaductos, como el que cruza el río Tajo, ofrecen vistas impresionantes de los valles y montañas que rodean el recorrido. una dosis de aventura al trayecto.
El recorrido por la Vía Verde de la Jara comienza en la estación de Calera y Chozas, a partir de la cual el paisaje va alternando entre zonas agrícolas y formaciones naturales más salvajes. En los primeros kilómetros, el camino se desarrolla paralelo a la carretera CM-4101 y atraviesa áreas de regadío y carrizales. A medida que se avanza, se cruzan varios apeaderos y estaciones históricas, como el apeadero de Silos y la estación de Aldeanueva de Barbarroya en el kilómetro 17, última población atravesada por el trazado.
Pero, uno de los puntos más destacados del recorrido es el viaducto de Azután, que ofrece una vista impresionante sobre el embalse de Azután y el río Tajo, creando un contraste espectacular entre el agua y los paisajes montañosos que rodean el camino. Desde aquí, el sendero comienza a ascender suavemente hacia los montes de La Jara, donde el terreno cambia, dando paso a la jara como planta dominante.
Un oasis de biodiversidad e historia
El otoño y la primavera son las mejores épocas para realizar el recorrido, especialmente en mayo, cuando las jaras están en plena floración. Además, la fauna es abundante, destacando las aves, mientras que los mamíferos, aunque más difíciles de avistar, habitan en las montañas cercanas. A medida que se avanza por el camino, la presencia de murciélagos en algunos túneles es notable, y zonas como la Microrreserva Rincón del Torozo son el hogar de grandes colonias de estas especies, lo que convierte al trayecto en un verdadero refugio para la biodiversidad.
Además, una e las características más singulares de esta ruta es la presencia de antiguos molinos abandonados, muchos de ellos situados cerca de la estación de Campillo-Sevilleja, en el kilómetro 36. En total, se pueden avistar hasta diecinueve molinos a lo largo de la ruta, algunos en estado ruinoso, como el molino de Los Morenos y el molino del Estanco.
El tramo final del camino, tras cruzar la estación de Campillo-Sevilleja, ofrece un paisaje dominado por las jaras y las estribaciones de la Sierra de Gredos al norte, lo que proporciona una vista espectacular en los últimos kilómetros antes de llegar a la estación de Santa Quiteria, a 670 metros de altitud.
Si estás buscando una escapada natural en un entorno único, no dudes en recorrer esta ruta. Ya sea a pie, en bicicleta o a caballo, el Camino Natural Vía Verde de la Jara te espera con su belleza y tranquilidad.
