David Arenas lleva casi 7 años trabajando “oficialmente” como espartero, aunque, en realidad comenzó desde mucho antes. Ha heredado la profesión y el negocio de su padre, La Espartería. Uno de los comercios más antiguos de Talavera que continúa activo más de 20 años después de su apertura en el centro de la ciudad. David comenzó haciendo algunos trabajos que su padre le mandaba y, poco a poco adquirió más destreza, comenzó a crear y fue “modernizado un poco las cosillas, haciendo cosas más ‘raras’”, nos explica.
Es muy probable que muchas personas apenas conozcan este trabajo o este material. “Está prohibido recoger el esparto”, nos cuenta David, ya que “hay que tener un permiso especial” porque esta planta no sale en cualquier zona de España. “Sale caro, tienes que estar pidiendo material y luego hacerlo”, comenta David, pero a pesar de que no es muy barato es “muy resistente y añeja muy bien”.
A diferencia de otros materiales, “no se recoge con una azada, sino que se recoge con un palo” porque “es muy duro, tienes que sacar la raíz entera”, lo que hace que sea una de las razones por las que este oficio es especial.
“No hay límites para hacer con el esparto”, ya que para David es una forma de dar libertad a su creatividad al trabajar con este material. La elaboración de los productos varía, desde un día para botijos o un mes para alfombras.
Todo depende del producto, pero hay que destacar que la estrella de este negocio son los cestos de leña y los botijos. Si no has estado nunca en La Espartería, es una sensación única percibir el olor tan característico que tiene el esparto y que se percibe nada más entrar en la tienda.