El Gobierno de CLM ha anunciado una nueva serie de ayudas específicas para las víctimas de violencia machista, con una inversión cercana a los 700.000 euros. Estas subvenciones, que se dividirán en cinco convocatorias, están diseñadas para ofrecer soluciones habitacionales temporales, apoyo a la inserción laboral, asistencia para la mitigación de lesiones y la superación de incapacidades, así como acceso a formación universitaria. Esta medida refleja el compromiso continuo del Ejecutivo regional en la lucha contra la violencia de género.
Un compromiso firme contra la violencia de género en CLM
La consejera de Igualdad, Sara Simón, ha destacado que estas ayudas están orientadas a cubrir diversas necesidades de las víctimas, incluyendo la búsqueda de soluciones habitacionales para quienes necesitan escapar de la convivencia con sus agresores, la reactivación laboral mediante apoyos para paliar la falta de ingresos y la atención a personas con lesiones físicas o psicológicas derivadas de la violencia machista. Además, se promoverá el acceso a estudios universitarios para las mujeres víctimas de violencia de género, con el fin de ofrecerles una oportunidad de desarrollo personal y profesional.
También, en su intervención, Sara Simón hizo hincapié en el compromiso del Gobierno de Emiliano García-Page en la lucha contra la violencia machista. En un contexto en el que algunas administraciones cuestionan la violencia de género y recortan recursos destinados a su erradicación, Simón reafirmó que el Ejecutivo regional continuará destinando recursos y esfuerzo en apoyar a las víctimas.
Ayudas accesibles durante todo 2025
Estas subvenciones estarán disponibles durante todo el año 2025, lo que permitirá a las personas afectadas solicitar las ayudas en cualquier momento. Las bases de cada convocatoria serán publicadas en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha a partir del próximo mes de diciembre, detallando los requisitos y procedimientos para acceder a las diferentes líneas de subvención.
En este sentido, las ayudas no solo cubren necesidades materiales y físicas, sino que también proporcionan una oportunidad para que las víctimas se formen, accedan a empleo y, sobre todo, vivan de forma independiente y libre de violencia.