En cualquier hogar responsable que se precie, uno sabe que no se debe gastar más de lo que se ingresa. Pero como digo, donde hay responsabilidad.
Algo que parece ausente de las cabezas pensantes de quienes elaboran los Presupuestos Generales del Estado. Más centrados en anuncios, promesas y espeluznantes geometrías para mantenerse en el poder que en tomar contacto con la compleja realidad.
Porque si ya son “todos” los Organismos de cualquier índole los que avisan de que la recuperación no es lo que parece y que el Gobierno de Sánchez prevé unos ingresos inflados e irreales ¿A qué viene el dispendio y la sobreactuación?
¿Es responsable intentar persuadir a propios y ajenos de que “España va bien” tirando de chequera como si no hubiera un mañana? Eso sí, con un talonario en el que la procedencia de los dineros es la deuda.