Hace unas semanas el Tribunal Constitucional declaró la ilegalidad de diversos artículos de la Ley de Financiación de las Entidades Locales, en lo que se refiere a la base imponible del impuesto de incremento del valor de los terrenos de naturaleza urbana, comúnmente llamado “impuesto de plusvalía”. A grandes rasgos lo que dice la sentencia es que, hasta ahora, se ha tomado en cuenta el valor catastral de un inmueble para calcular esta plusvalía. La sentencia dice que ese valor no es a fecha actual válido, ya que el valor de mercado puede ser totalmente diferente de lo que diga el catastro y por tanto estaríamos ante la paradoja de que una persona vendiera una vivienda más barata de lo que le costó y sin embargo tuviera que pagar el incremento debido a la subida del valor catastral.
No se ilusionen, aquellos que ya hayan pagado y los que no lo hayan hecho aún, pero no hayan previamente a la sentencia, impugnado el abono del impuesto, tendrán que pagarlo y no podrán recobrar ese ingreso declarado inconstitucional. Tampoco el resto de los mortales pensemos que si queremos vender una vivienda ya no tendremos que pagar. Hacienda se ha puesto en marcha para modificar el impuesto de manera que inmediatamente pueda volver a imponerse ajustándolo a la Ley. Por ejemplo… haciendo que el vendedor decida si paga la base con respecto al valor catastral o al valor real de la transacción económica.
Lo cierto es que como profesional, considerando este impuesto como una doble imposición ya que se cobran varios impuestos por un mismo hecho jurídico, por ejemplo, el IVA, hay que reconocer que los Ayuntamiento tienen un gran problema de financiación y que el asunto, debe ser cogido por los cuernos de una vez por todas. Si se trata de Talavera, el problema es aún mayor, y tanto el actual concejal de Economía como los anteriores deben tener fuertes dolores de cabeza para cuadrar cuentas.
Talavera es una ciudad grande, sin embargo, no tiene los ingresos de una capital, ni los sujetos impositivos, ni la renta “per cápita” de esas localidades, por lo que el presupuesto se va, digámoslo así… en pagar la luz, el agua y los sueldos de los funcionarios. Por tanto, queda una mínima cantidad para inversión. Si a esto unimos que somo maltratados por el resto de las administraciones, sobre todo regional y nacional en comparación con los millones que empachan a ciudades como Toledo, nuestros munícipes se encuentran con un serio y grave problema para lucir su trabajo.