En el corazón de Los Montes de Toledo, cerca de Los Navalucillos, se encuentra el Pico Aljibe, un destino ineludible para los amantes del senderismo y la naturaleza. Con 1.224 metros de altitud, esta cumbre se erige como un mirador natural que ofrece vistas espectaculares de la Sierra de Gredos y de los valles circundantes. Su accesibilidad, junto con el encanto de los paisajes que atraviesa su ruta, lo convierten en un plan perfecto para quienes buscan una escapada al aire libre.
El Pico Aljibe, un ascenso entre naturaleza
El punto de partida para esta experiencia es el área recreativa de La Cabrera, a 730 metros de altitud, situada en la carretera que conecta Los Navalucillos con Robledo del Buey. Desde aquí comienza una caminata circular bien señalizada que lleva a la cima del Pico Aljibe.
El sendero presenta un desnivel de 500 metros, lo que supone un esfuerzo moderado, pero apto para excursionistas con una condición física básica. Durante el ascenso, la belleza del entorno recompensa cada paso: el Arroyo de La Cabrera, que fluye tranquilo, y los densos bosques de robles y jaras que tapizan las colinas, envuelven a los caminantes en un ambiente de calma y conexión con la naturaleza.
Las vistas desde la cumbre: Un regalo para los sentidos
Llegar a la cima del Pico Aljibe es una experiencia inolvidable. Además de ser un vértice geodésico, la cumbre cuenta con un mirador que permite contemplar las extensas panorámicas de los Montes de Toledo, los profundos valles y, en días despejados, las impresionantes siluetas de la Sierra de Gredos.
Una pequeña caseta de obra y un repetidor marcan la cima, pero lo que realmente destaca es el paisaje. Justo frente al Aljibe se alza otra cima con un complejo rocoso abrupto, un reto adicional para los más aventureros que buscan explorar aún más.
Pero, la ruta no solo incluye el Pico Aljibe, sino que también lleva a los caminantes a descubrir otros puntos emblemáticos de la Sierra del Castillazo. Al continuar hacia el este por la cuerda montañosa, el sendero desciende hacia un pequeño valle atravesado por el Camino de la Marañosa. Esta parte de la caminata, aunque desafiante por la vegetación tupida y las condiciones del terreno, añade un toque de aventura al recorrido.
El trayecto pasa por el Collado de Vallecasar y sigue hacia los Riscos del Castillazo, un enclave que impresiona por su belleza agreste. Más adelante, la ruta alcanza el Collado del Arco y el Cerro La Parrilla, desde donde comienza un emocionante descenso que culmina cerca de la carretera, completando así el circuito.
