La subida de impuestos decretada por el Ayuntamiento de Pepino ha desatado una ola de protestas entre los vecinos del casco urbano, de las trece urbanizaciones del municipio y de las empresas asentadas en sus dos polígonos industriales. El incremento, aprobado en el pleno del pasado 17 de octubre con el respaldo de los siete ediles del PP, la abstención de los dos del PSOE y la negativa de los dos de Vox, ya está siendo impugnado por los afectados, quienes han iniciado movilizaciones y una recogida de firmas.
El origen del conflicto en Pepino
El aumento de impuestos, publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Toledo el 22 de octubre, incluye una subida del 37% en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) y del 50% en tasas como alcantarillado, depuración de aguas residuales y recogida de residuos. Esto supone una carga adicional de varios cientos de euros para muchos vecinos, especialmente los residentes en urbanizaciones, donde el valor catastral de los inmuebles es más elevado.
Movilización ciudadana
El plazo para presentar reclamaciones concluye este viernes, y algunos vecinos ya han formalizado sus alegaciones a título individual. Sin embargo, ante el impacto generalizado, se ha iniciado una recogida de firmas colectiva para reforzar la oposición. Los ciudadanos critican al Ayuntamiento por no haber consultado previamente a los afectados sobre el aumento de los impuestos y tasas.
Los vecinos tienen hasta este viernes para presentar sus alegaciones. Si no se revoca la subida, algunos ya han adelantado que tomarán medidas legales. Además, la recogida de firmas pretende visibilizar el descontento colectivo y presionar al Ayuntamiento para que reconsidere su decisión.
Impacto en urbanizaciones y empresas
La subida del IBI golpea especialmente a las urbanizaciones, donde el mayor valor catastral de las viviendas hace que los residentes deban asumir costes mucho más elevados. Por su parte, las empresas de los polígonos industriales ven en el aumento de tasas un obstáculo adicional en un contexto económico ya complicado.
La situación en Pepino refleja una creciente tensión entre los ciudadanos y el gobierno local en torno a la gestión fiscal y las decisiones unilaterales. El desenlace de este enfrentamiento marcará no solo las finanzas de los vecinos, sino también la relación de confianza entre la ciudadanía y el Consistorio.
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