Todo talaverano conocerá el nombre de Joyería ‘La Esmeralda, uno de las empresas más antiguas de Talavera. Desde su local en la Corredera del Cristo hasta su última ubicación en la céntrica calle del Prado, este negocio de tradición familiar se ha convertido por méritos propios en uno de los establecimientos más notables de la ciudad.
Sin embargo, su actividad comercial especializada en joyería y relojería terminará este próximo mes de mayo por jubilación de los propietarios, los hermanos González Alonso. Tras una vida entera detrás del mostrador, sus dueños han decidido liquidar todo su género y cerrar una historia de legado familiar que ha perdurado durante más de 80 años.
Te contamos la historia de un legado familiar que comenzó con la iniciativa de prosperar de un padre de familia con cinco hijos a los que transmitió su pasión en el mundo de la orfebrería. Crispín González Alonso, uno de los propietarios y el mayor de los hermanos, nos guía en la historia de un negocio que se ha forjado a lo largo de los años y del sacrificio y esfuerzo de sus dueños.
Su primer local en la Corredera del Cristo
Crispín nos cuenta como empezó la historia de ‘La esmeralda’. «Pronto mi padre tuvo que ponerse a trabajar y así fue como comenzó trabajando con un practicante que también cortaba el pelo y hacía de barbero», relata Crispín. «Llegó a la edad de alistarse en el servicio militar e interrumpió su trabajo para servir en el ejercito de la II República. Tras licenciarse, volvió a su empleo pero estalló la Guerra Civil y tuvo que regresar al ejercito. Una vez acabada la contienda, y sin cuestiones políticas sin resolver, regresó a Talavera pero ya no quería volver a su labor y, con mucho sacrificio y esfuerzo, se decidió por crear el negocio familiar y así fue como nació nuestra joyería ‘La Esmeralda’«, nos cuenta Crispín.
Así, sin apenas conocimientos en el gremio de los orfebres pero con entusiasmo, determinación y la imperiosa motivación de sostener, mantener y darles un buen futuro a sus cinco hijos, el padre de Crispín abría las puertas de un establecimiento mítico en la ciudad de Talavera.
Cinco hermanos que siguen el legado de su padre
Nos narra Crispín que «el primero que empezó en la joyería fui yo, pues era el mayor de mis hermanos. Había que ayudar y no quedaba más remedio. Después de terminar cada uno sus estudios en distintos colegios de Talavera, mis cuatro hermanos se fueron incorporando al negocio». El primer establecimiento se ubicaba en la calle Corredera del Cristo, en el lugar que ocupa hoy la Casa de la Iglesia. Allí se comenzó a forjar una negocio que terminó por institucionalizarse en la ciudad como referencia de la joyería.
Con el crecimiento del negocio, decidieron abrir otro local, también en Talavera, en la calle Trinidad. «Abrir este otro local realmente nos salvó de poder continuar pues, sufrimos un gran robo en nuestro local de la Corredera. Los ladrones hicieron un agujero para adentrarse en el local y, no sabemos cómo, lograron llevarse la caja fuerte entera con todo el género en ella. Finalmente, los delincuentes fueron detenidos en Madrid pero no pudimos recuperar las joyas robadas», cuenta Crispín.
El comienzo de un nuevo tiempo para la joyería
Con el local ubicado en la comercial calle de la Trinidad, ‘La Esmeralda’ consolidaba su importancia en el mundo de la joyería en Talavera. Durante los muchos años que estuvo en esta céntrica calle de la ciudad, sus escaparates ofrecían siempre la mejor joyería, pues contaban con taller propio, además de su atención especializada en relojería.
Después, se decidieron por abrir su actual local en calle del Prado, 5, manteniendo eso sí, su local en la anterior calle mencionada. A pesar de tener ambos locales abiertos en calles muy cercanas, su calidad y trato hicieron que los establecimientos estuvieran abiertos durante años.
Crispín nos relata que «nos ha costado mucho tomar la decisión por todo lo que implica pero también es necesario comenzar otras cosas. De momento, la jubilación y después ya se verá», asevera con ilusión. «Todos mis hermanos y yo hemos trabajado sin descanso en la joyería desde que empezamos, sin tan siquiera llegar a cerrar en periodo de vacaciones. Siempre abiertos a nuestros clientes. Pero ha llegado el momento de emprender otras ‘tareas'», comenta Crispín.
El cierre definitivo de joyería ‘La esmeralda’
Al preguntarle si existe la posibilidad de continuar con el legado nos explica que «el único de los cinco hermanos que ha tenido hijos he sido yo y mis tres hijos, estudiaron distintas carreras, trabajan juntos en un negocio que han montado los tres, también Talavera. Pero nada tiene que ver con la joyería», indica. «Personalmente, estoy contento por ello porque veo que les va bien y son felices y además están juntos, razón más que suficiente para un padre. Así que, no me importa. Aunque no haya nadie para seguir con el legado familiar de la joyería, estoy feliz por verles bien aunque sea ‘moviendo papeles’ como les digo a modo de broma», manifiesta orgulloso.
Así con Crispín y el resto de sus hermanos que seguían con el negocio familiar de la joyería ‘La esmeralda’ finaliza una historia que ha perdurado a lo largo de más de 80 años entre la arraigada tradición comercial que hace famosa a Talavera.
Liquidación de todo su stock
Como no podía ser de otra forma, ‘La esmeralda’ como negocio mítico en la ciudad, ha planificado un cierre especial para agradecer la fidelidad de sus clientes y la acogida de la ciudad durante todos estos años de trayectoria profesional.
Así han puesto en liquidación todo su género disponible en stock que va desde la joyería hasta la relojería, pasando por artículos realizados en plata y otros artículos de su joyería. Todo, y como no puede ser de otra manera, de la más alta calidad y al mejor precio.
Con la tristeza de ver desaparecer uno de los más emblemáticos negocios de la ciudad, tienes la oportunidad de adquirir esa joya especial que te hará recordar que la adquiriste en un local forzado con la fuerza de una familia unida y decidida a sacar adelante su negocio a pesar de las adversidades.
Si deseas acercarte, como bien sabes, están ubicados en la calle del Prado número 5 y estarán encantados de atenderte y, adquiriendo alguno de sus artículos, además tendrás la oportunidad de formar parte de un legado que ha hecho historia en la ciudad.