Descubrir nuevos destinos para viajar en familia es siempre emocionante, ¿verdad? Existe un pueblo medieval en el corazón de Ávila que promete ser una experiencia inolvidable. Bonilla de la Sierra es un tesoro histórico y cultural situado en el valle del Corneja, a más de 1.000 metros sobre el nivel del mar. Este pintoresco pueblo, declarado Conjunto Histórico-Artístico desde 1983 y uno de los pueblos más bonitos de España desde 2019, cautiva con su encanto medieval y su impresionante entorno natural.
Su historia
La historia de Bonilla de la Sierra se remonta al siglo XII, cuando fue residencia de obispos y reyes. Su legado histórico se refleja en cada rincón del pueblo, desde la imponente colegiata de San Martín de Tours, de estilo gótico del siglo XV, hasta el majestuoso castillo que se alza desde el siglo XII. No te pierdas los restos de la antigua muralla que rodeaba la población, testigos de su pasado fortificado.
Rutas inolvidables
Para una experiencia aún más inmersiva, os recomendamos explorar los alrededores de Bonilla de la Sierra a través de las diversas rutas de senderismo disponibles. Una opción encantadora es la ruta que conduce al puente de Chuy, un paseo tranquilo de unos 4 kilómetros que atraviesa la hermosa dehesa de encinas hasta llegar al puente medieval sobre el río Corneja. Ideal para disfrutar en familia, este sendero ofrece vistas impresionantes y la oportunidad de observar la rica biodiversidad de la región.
Gastronomía
Y, por supuesto, no puedes marcharte de Bonilla de la Sierra sin probar su deliciosa cocina tradicional. Desde la ternera de Ávila hasta el embutido local, pasando por los sabrosos judiones y el exquisito queso de cabra, cada bocado es una experiencia culinaria única. No te olvides de endulzar tu visita con los dulces típicos de la zona, como las rosquillas, los mantecados y las perrunillas.
En resumen, Bonilla de la Sierra es mucho más que un simple destino turístico: es un lugar lleno de encanto, historia y autenticidad que promete satisfacer los deseos de toda la familia. Y quién sabe, con su altitud, ¡incluso podrían tener la suerte de disfrutar de la nieve durante su visita!
