La Audiencia Provincial de Toledo ha dictado una sentencia que marca un punto trágico en la historia de Santa Cruz del Retamar: N.P. ha sido condenado a trece años de prisión por homicidio, agravado por el parentesco, al quitarle la vida a su propio hijo, G.S.P., durante una discusión familiar en 2020.
El juicio, celebrado en octubre, reveló detalles desgarradores de los eventos ocurridos la noche del 11 de octubre de 2020. Según la sentencia, en el transcurso de una discusión, N.P. tomó un cuchillo con la clara intención de acabar con la vida de su hijo. A pesar de que G.S.P. intentó esquivar varias cuchilladas, finalmente recibió una en el pecho, causándole una herida fatal en el corazón y provocando su muerte por shock hipovolémico.
Durante el juicio, N.P., quien anteriormente afirmaba su inocencia, cambió su testimonio y admitió su culpa, reconociendo que en el momento de los hechos «quería acabar con la vida» de su hijo. La confesión llevó a la condena por homicidio con la agravante de parentesco.
Además de la pena de prisión, el juez ha impuesto medidas adicionales. N.P. está prohibido de aproximarse a varios familiares, incluida la esposa de la víctima, sus nietos, su esposa, su hijo y otros, a una distancia de mil metros durante catorce años. Después de cumplir la condena, se aplicará la libertad vigilada durante diez años, que incluye restricciones similares y la prohibición de comunicarse con ellos o residir en ciertos municipios.
En términos de responsabilidad civil, N.P. deberá indemnizar a los familiares con sumas que oscilan entre los 15.000 y 250.000 euros, además de cubrir una indemnización a la Secretaría de Estado de la Seguridad Social y Pensiones. La sentencia aún no es firme y se puede apelar en un plazo de diez días. Este trágico episodio deja una marca indeleble en la comunidad de Santa Cruz del Retamar y sirve como recordatorio de la importancia de resolver conflictos de manera pacífica y evitar la escalada hacia la violencia.
