El pasado viernes, nuestra amiga Estela inició un viaje infinito hacia el cielo. Muchos recordaremos siempre en nuestro corazón, su eterna sonrisa, su sinceridad, que hacía dulce cualquier frase y sobre todo, su alegría y ganas de vivir. Estela se marchó muy pronto, tan pronto que no le dio tiempo a envejecer y por eso siempre la recordaremos sirviendo a los ciudadanos de Talavera en las calles como policía local de manera ejemplar y generosa. Anteriormente trabajando en la hostelería como la más simpática y guapa -por dentro y por fuera-, camarera de Wonka.
Con Estela hemos vivido momentos de diversión y felicidad, con su fina ironía y su talante abierto. También momentos de recogimiento y meditación cuando supo que su cuerpo no estaba sano. Sin embargo, ella siempre se encargó de mantener el optimismo y la lucha frente a todos los que estaban a su alrededor. Estela, amiga de esta revista, participó en varios reportajes fotográficos en su juventud que aún seguía manteniendo intacta.
Hoy el vacío que nos deja se llena a pesar de todo de sus recuerdos y de una mujer servicial y cariñosa que siempre supo sobreponerse a los golpes de la vida. Desde COVER, todos los que formamos esta redacción te mandamos el beso más grande.
Por Javier Gil.