El pintoresco pueblo más cercano a Madrid, ideal para una escapada otoñal de aproximadamente una hora en coche, se encuentra anidado en la hermosa Sierra Norte de Madrid. Su encanto se intensifica en la estación otoñal, cuando los árboles adquieren tonalidades doradas y rojizas que pintan el paisaje.
En el vasto abanico de opciones para las escapadas dentro del territorio español, los habitantes de la Comunidad de Madrid tienen la ventaja de poder acceder en un abrir y cerrar de ojos a destinos excepcionales para disfrutar de un fin de semana de calidad. En esta ocasión, queremos introducirte al pueblo histórico más pintoresco de toda España, ubicado a tan solo una hora de Madrid y perfecto para explorar en compañía de amigos o en familia. Este lugar es Madarcos, conocido por ser el pueblo más diminuto de España, con apenas 46 habitantes.
Madarcos, situado a unos 100 kilómetros de la capital, merece una visita por su innegable belleza y su valor como destino turístico. En el año 2015, la UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad al incluirlo en la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón, otorgándole así un reconocimiento internacional.
La Historia de Madarcos es un enigma en cuanto a su origen, ya que no existen registros que remonten su existencia hasta el siglo XVIII. Sin embargo, en su territorio, específicamente en un lugar llamado La Nava, ahora abandonado, se han hallado vestigios arqueológicos que datan de la época medieval. Hasta el siglo XVIII, este lugar albergaba una aldea con una parroquia llamada Santa Cruz de la Nava.
Desde tiempos inmemoriales, la economía de Madarcos se ha sustentado en actividades primarias, principalmente la agricultura y la ganadería. Antaño, se cultivaban hortalizas, árboles frutales, centeno, lino y trigo en tierras de regadío, mientras que en las zonas de secano se producía centeno. Además, la Dehesa Boyal servía como espacio común para todos los vecinos. Con el paso del tiempo, la producción agrícola se diversificó hacia leguminosas, hortalizas y frutales, y se especializó aún más en la ganadería, centrando su atención en ovejas y ganado vacuno. En el siglo XX, la producción se mantuvo, aunque el ganado lechero fue reemplazado por el ganado de carne, y se hicieron esfuerzos en la cría de gallinas, mientras que la crianza familiar de cerdos desapareció por completo.
En lo que concierne a su arquitectura, todo el pueblo sigue la típica estructura de los pueblos serranos, con calles estrechas, corrales, hornos, casas de piedra de baja estatura y huertos para consumo propio. Estas viviendas, sobrias y de aspecto rústico, se adaptaron a las necesidades de una sociedad rural, caracterizada por la escasez de comodidades y la necesidad de soluciones ingeniosas. Las casas suelen tener dos plantas, con muros de piedra sin revestir, y ventanas pequeñas para protegerse del frío.
Qué ver y hacer en Madarcos
Madarcos es un municipio que forma parte de la comarca de la Sierra Norte de Madrid y alberga una serie de lugares de gran interés histórico. Uno de sus tesoros es la Iglesia Parroquial de Santa Ana, construida en el siglo XVII. Esta iglesia de planta rectangular, con una sola nave y una espadaña que sostiene dos campanas, es uno de los elementos más destacados del pueblo. En su interior, se encuentra una pila bautismal de piedra, el único mobiliario original que ha perdurado. Además, el conjunto incluye una fragua, un lavadero público y un potro, que fueron restaurados en 1991. La belleza de Madarcos, un lugar tranquilo y pintoresco, invita a explorar sus calles empedradas y disfrutar de su arquitectura tradicional en un entorno incomparable, rodeado de majestuosas montañas y campos.
Otros lugares de interés en Madarcos incluyen el Potro de Herrar, el Reloj de Sol y el Conjunto arquitectónico del Ayuntamiento. No obstante, el pueblo también es conocido por su riqueza natural, ya que se encuentra cerca del Parque Natural Hayedo de Tejera Negra. Este parque es famoso por ser uno de los bosques de hayas más extensos y mejor conservados de la península ibérica, y alberga una gran diversidad de flora y fauna. El parque natural cuenta con senderos que parten desde el pueblo, brindando a los amantes del senderismo la oportunidad de disfrutar de paisajes naturales impresionantes y una gran tranquilidad.
Gastronomía
En cuanto a la gastronomía, en Madarcos, antiguamente, la matanza del cerdo garantizaba un abundante suministro de carne durante todo el año, incluyendo una deliciosa carne de ternera muy valorada. En la actualidad, los habitantes locales se dedican al ahumado de carnes y pescados, que se pueden degustar en algunos restaurantes cercanos a este pequeño y encantador pueblo.
