El próximo 30 de septiembre, un grupo de amigos de Talavera de la Reina emprenderá su tercer viaje en 18 meses hacia Ucrania con una ambulancia adquirida en una subasta en Holanda y dos furgonetas repletas de medicamentos, alimentos y solidaridad. Este equipo inusual está compuesto por dos guardias civiles, un policía nacional, un autónomo vendedor de tractores, un hostelero, un conductor de camiones y un abogado.
El líder de esta iniciativa altruista es Fernando, el vendedor de tractores, quien ideó la misión en mayo del año pasado. Desde entonces, han llevado ayuda humanitaria a Ucrania en dos ocasiones y están listos para su tercer viaje. El punto de destino es Leópolis, en el oeste del país, aproximadamente a 70 kilómetros de la frontera con Polonia. Allí, entregarán la mercancía a la organización solidaria ‘Un Ángel sobre tu Hombro’, en colaboración con Cáritas.
En su primera expedición, en mayo del año pasado, Isaac, guardia civil, junto a Roberto (el hostelero) y Javier (el abogado), condujeron dos furgonetas cargadas de alimentos, medicinas, ropa y máquinas médicas, incluyendo un ecógrafo para neonatos. El hospital de Talavera donó generosamente estos equipos.
En su segundo viaje, en diciembre, el equipo se amplió para incluir a Fernando, Roberto, Javier, Alfredo (el policía nacional), Gregor (un conductor de camiones polaco nacionalizado) y Miguel (otro guardia civil). Llegaron a Ucrania tras superar desafíos como carreteras cubiertas de nieve en Alemania y tres averías en el camión. Llevaron sillas de ruedas, muletas, alimentos, medicamentos y juguetes, que entregaron en un orfanato, creando un ambiente festivo como si los Reyes Magos de Occidente hubieran llegado por adelantado. Isaac, el guardia civil, también dejó su huella al regalar un jersey del benemérito cuerpo.
Todo el material y suministros fueron donados por ciudadanos de Talavera y la comarca, así como por una residencia de Lagartera, una mutualidad y el hospital de la Ciudad de la Cerámica, que contribuyó con una incubadora portátil y dos desfibriladores, uno para adultos y otro para niños. Este esfuerzo conjunto es un ejemplo de la solidaridad y la colaboración comunitaria en beneficio de quienes más lo necesitan.