Hace casi dos mil años en una pequeña ciudad china llamada Santai se creó un código moral que enseñaba que debían aplicarse los sentidos para entender el mundo. Para hacer entender a los seguidores de esta doctrina sus enseñanzas se creó la figura de tres monos que se tapaban la boca, los oídos y los ojos. Posteriormente la cultura china fue introduciéndose en otros países como Japón y entre el siglo VIII y XIX de nuestra era la escuela budista de Tiantai los introdujo en el país del sol naciente. Los tres simios (Mizaru, Kikazaru e Iwazaru) representan el no hablar, no escuchar y no ver. Sería complicado desglosar aquí toda la filosofía que trasmiten, pero de alguna manera, lo resumiremos diciendo que en castellano podría asemejarse a “ojos que no ven, ojos que no sienten…”.
Algo así les pasa a los políticos de Castilla -La Mancha con Talavera. A pesar de haber pasado a ser la cuarta ciudad de la región en número de habitantes, gracias a su falta de inversión y olvido, Talavera sigue teniendo una importancia poblacional de vital importancia, no solo demográficamente sino en interés electoral.
Eso desde las cúpulas de la mayoría de los contendientes de la política regional no se entiende y los análisis electorales de posibles resultados obvian los más de 45000 votos que pueden emitirse en la Ciudad de la Cerámica. Dan una importancia distinta a las capitales de las provincias y olvidan que Talavera cuenta inevitablemente para sus ansiados resultados.
Algunos no se dan cuenta que Talavera es la llave no solo para el gobierno de la Comunidad Autónoma, sino para lograr la Diputación y a la hora de hacer sus cálculos se hacen cábalas pensando en la importancia de los pueblos de las comarcas o cifran cada opinión en Toledo, Cuenca o Albacete, pero olvidan la importancia de Talavera y las consecuencias que derivan de su electorado.
Mizaru, Kikazaru e Iwazaru, seguirán subiendo a las higueras más brillantes del bosque, pero olvidando que la higuera oculta tras el follaje da los mismos frutos y tal vez más dulces o amargos que las otras.
