La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) denuncia la deficiente seguridad en los centros sanitarios que provoca importantes brechas en el control de acceso y salidas y que complica evitar casos como el del reciente secuestro de un bebé en Basurto (Bilbao), que afortunadamente se encuentra en buen estado.
Los protocolos establecidos no se cumplen en muchos casos por la falta de personal y recursos tecnológicos. Los hospitales y centros de asistencia sanitaria deberían tener medidas de seguridad eficaces en más áreas de las existentes -principalmente donde haya pacientes-, como pueden ser la instalación de sistemas de control de huellas y tarjetas identificativas para el acceso.
CSIF también pide que se refuercen las plantillas con profesionales de servicios de seguridad que vigilen e impidan actitudes sospechosas. No es habitual el robo de un bebé en un centro, pero tampoco debería serlo que una persona vestida con uniforme médico pueda salir del mismo con un bebé en sus brazos.
El sindicato ha exigido en numerosas ocasiones un mayor control en la libre circulación de los centros de personas no identificadas, especialmente en ciertas unidades de hospitalización, que eviten agresiones a los profesionales o posibles sucesos trágicos.
Por otra parte, CSIF también reclama la dotación de al menos un vigilante de seguridad en cada centro de salud para prevenir las agresiones y amenazas a los profesionales de ámbito sanitario, que se han visto incrementadas desde el inicio de la pandemia de coronavirus.