Con la celebración del día del niño en las barracas de la Feria, Talavera pone colofón a una semana festiva que inauguramos con el anuncio, por parte de la Ministra de Transportes, Raquel Sánchez, de la intención de su Ministerio de aprobar la electrificación de las vías de nuestro Ferrocarril. Además, el anuncio se hace durante la firma de un Protocolo para el desdoblamiento de la N-V por la entrada Este de Talavera. Y por si esto fuera poco, una Cadena de TV de ámbito nacional, se hace eco de la decisión del dueño y señor de Facebook, Mark Zuckerberg, de instalar en nuestra ciudad su base de Datos para Europa con una inversión milmillonaria…
Llevamos en Talavera tanto tiempo huérfanos de buenas noticias que todo esto es, sin duda, motivo de alegría, de esperanza y de celebración… y en ello estamos, cuando caemos en la cuenta que, de momento, estamos donde estábamos. Porque en realidad, lo que se nos anuncia, son solo estudios de viabilidad… firma de protocolos… y muchas y muy buenas intenciones más… pero de eso y con eso, en Talavera, tenemos las alforjas llenas y la confianza mil veces defraudada. Pospongamos pues, la celebración, hasta ver las promesas plasmadas en los Presupuestos y las obras adjudicadas.
Por otra parte, no todo han sido luces, aunque sea difusas, en la Feria. No podían los reprimidos y resentidos sembradores de bulos, alarma y odio, tan en boga en estos últimos tiempos, desaprovechar su oportunidad de intentar ensombrecer la fiesta para llevar el temor y la inquietud a quienes participan en ella. Aprovechando las cloacas en las que están convirtiendo las Redes Sociales como Facebook o WhatsApp, en las que campan a sus anchas, difunden noticias y acontecimientos que solo son producto de sus mentes enfermas, o lo que es peor, con intenciones o intereses inconfesables. ¡¡¡ NO ¡!! No es cierto que se haya encontrado a una niña de 14 años muerta, ni que haya habido tiroteo ni que se haya violado a nadie en el Ferial… pero en toda la ciudad y los pueblos de la Comarca han corrido estas falsas noticias “como la pólvora” y han llevado el temor y la inquietud a las familias.
En relación con esto, hay algo sobre lo que me gustaría llamar tu atención. No son estos miserables inventores de bulos lo que más debe preocuparnos y de los que el Código Penal se debería empezar a ocupar. Lo realmente preocupante es la asfixiante exposición a la desinformación a la que todos estamos sometidos y que provoca en un sector cada más amplio de la sociedad, una desconexión de la realidad y un inquietante desprecio al conocimiento de la verdad. Basta escuchar ciertos comentarios en los “corrillos” en la tienda o en el bar para comprobar que muchos…y muchas… cuestionan, aún hoy, más, el desmentido de los hechos que su veracidad. Estamos llegando a un punto en el que esos mismos muchos y muchas difunden y creen ciegamente solo aquello que “encaja” o conviene a sus creencias, a sus filias o a sus fobias. Y esto es aplicable al asunto que nos ocupa y a todos los demás. Se llama polarización, ceguera o fanatismo… y hábilmente manejado por esos profesionales de la desinformación, convierte a quienes lo padecen, en rebaño fácil de pastorear. La LIBERTAD DE EXPRESIÓN, como Derecho ciudadano Básico y Fundamental y tras el cual estos terroristas de la desinformación se autojustifican y se escudan, no puede seguir siendo confundida con su actividad y la Justicia debería poner coto a su impunidad.