Esther Plasencia, 35 años.
El mundo necesita creatividad, ya sea para lo que sea. Todos hemos vivido y desarrollado actividades, aunque generalmente esta etapa se queda en nuestra infancia. Pero para Esther (35) esto no era una opción.
“Empecé en este mundo desde la infancia, las técnicas decorativas siempre estuvieron presentes en mi casa porque mi madre es ceramista, así que mucho de lo aprendido es gracias a ella. Luego estudié bachillerato artístico” nos confiesa.
Era 2016, cuando Esther se forjó una experiencia sólida con la apertura de su escuela taller de Talavera, que a día de hoy sigue con ella, siendo el epicentro de la misma la creatividad, la artesanía, el arte y la restauración. “Estudié bachillerato artístico, y después de la universidad tuve la suerte de aprender de las manos de Alberto Paniagua. Es un reconocido restaurador de piezas antiguas en nuestra ciudad. Me sentí muy afortunada por eso en mi tienda todo tipo de muebles y piezas tienen cabida para encontrar una nueva vida”.
Esther, además de tener Alma Antiqua, su negocio, también realiza talleres y manualidades para niños de diferentes edades y adultos, “hay que potenciar la creatividad en los niños y hay muy pocas actividades extraescolares así”. Y esto le basto a Esther para ponerse “manos a la obra”.
Pero si tenemos que identificar una característica única de Esther es su originalidad. Al final su gusto queda plasmado en cada obra que realiza y eso hace de cada una de sus piezas únicas y originales en si mismas.
